domingo, 18 de diciembre de 2011

¿PARA QUÉ DE MI LABOR DOCENTE?


Enseñar para la vida.
Es cierto que en cada asignatura tenemos un programa que llevamos adelante durante el año.
Esos conocimientos son transmitidos y al final del proceso evaluamos.
Enseñar – aprender, aprender con un significado, que en algún momento de sus vidas lo resignifiquen y sirva para “algo” en su vidas.
Tratar que incorporen datos que sean reutilizables (traducido de forma grosera al lenguaje de la tecnología).
Trabajamos con seres humanos que llegan, lamentablemente, con muchos problemas y muy serios.
No es fácil para ellos vivir en este mundo.
No tienen familias estructuradas como hace un par de años. Generalmente existe solo una figura parental (la madre) y ella trabaja muchas horas. Es decir que están solos.
Muchas veces por esta situación también, si tienen hermanos, se hacen cargo de ellos.
El porcentaje de abusos familiares es alto ( verbales, golpes y sexuales).
Realidad terrible. A pesar de ello y por suerte los tenemos en clase.
En muchos casos el liceo es su refugio.
Yo puedo y contribuyo todos los años a extender una mano, a dar una palabra de aliento o a simplemente “prestar mi oído”.
También cumplo con lo curricular.
Fundamentalmente les reitero hasta el hartazgo, que con el estudio se van a forjar una nueva y mejor vida.
Por eso trabajo como docente.

¿PARA QUÉ DE MI USO DE LA TECNOLOGÍA?
Lo que planteo lo hago desde este lugar, ya que soy docente de Informática.
La tecnología nos lleva día a día un mundo nuevo, mejor, ajustar el “cómo”, “cuando” o “para qué”, lo iremos resolviendo con el tiempo.
Lo perfecto no existe. Siempre van a haber cosas buenas o malas o pobres. Cosas para resolver.
La idea es critiquemos, pero trabajemos para el cambio.
Desde nuestro lugar siempre podemos hacer contribuciones.
La computadora es que sea una herramienta más de trabajo, que se tome y se maneje como algo natural en el aula.

¿PARA QUÉ LA EDUCACIÓN?
Debe darle las mejores herramientas a nuetros niños y adolescentes para construir su FUTURO.
Necesitamos seguir esforzándonos por una educación participativa y no transmisiva.

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